Hoy pudimos disfrutar de nuestro primer entrenamiento de pretemporada en la playa, concretamente en Mogor (Marín). La falta de piscinas para entrenar este mes en Pontevedra hace que nos las tengamos que ingeniar para poder entrenar. Por suerte, el buen tiempo nos acompaña y tenemos playas a 10 minutos en coche.
Para calentar fuimos corriendo desde Marín hasta la playa (unos 10 minutos para la mayoría, 15 para algunos). Allí, ya con el bañador, la intención era hacer unos largos nadando por la playa, pero la muy muy muy baja temperatura del agua impidió esa actividad. Finalmente nos conformamos con nadar hasta las boyas, donde comprobamos que jugar allí a waterpolo podría ser demasido duro, sobre todo porque no se sentían los dedos de las manos.
Pero aún así, conseguimos montar el campo (porterías hinchables, un gran invento) cerca de la orilla y allí jugamos una media hora, antes de llegar a la hipotermia.
Para aprovechar la mañana, acabamos jugando unos partidos de futbol-playa, tras los cuales pudimos irnos a comer.
El único punto negativo de la mañana (a parte del agua muy muy muy fría) fue que apareció el típico toca-pelotas al que le molestan las pelotas, ya sean de fútbol o waterpolo. Nos llegó a decir que “no tenéis derecho a ocupar un espacio tan grande para jugar en el agua”. ¡Como si el mar no fuera suficiente para todos! Por supuesto no le hicimos caso y seguimos con lo nuestro, el waterpolo.
En contraposición a este sujeto, gran número de bañistas se congregaron en la orilla para presenciar nuestro “partidillo”, ya que nadie se esperaba que unos “colgaos” fuesen a meterse en las gélidas aguas y menos con esos gorros con orejeras. Al menos nos sirvió para promocionar un poco más nuestro deporte.
Si el tiempo sigue así, la semana que viene repetiremos el miércoles y/o el viernes.
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