Parece que esta temporada nos miró un tuerto o alguien nos echó un mal de ojo, o que alguno del equipo (si lo sabéis decidme quién) es un gafe.
Como dijo Murphy,”si algo puede salir mal, saldrá mal.”
Esta temporada, además de las bajas causadas en el primer equipo por motivos laborales, tenemos la enfermería llena, con casi más jugadores “rotos” que enteros. Y no por lesiones producidas durante el entrenamiento, sino por causas fortuitas y de mala suerte.
Para empezar, Claudio se nos cae de la bici mientras va a trabajar allá por el mes de junio y se “fastida” un ligamento de la rodilla. Todavía sigue sin poder hacer la patada de bicicleta.
Ya empezada la temporada, Miguelito se nos rompe un tobillo: 2 semanas de escayola, Andrés un metacarpiano de la mano: 1 mes de escayola. A Pablito le operan una uña de un pie: dos semanas sin poder entrar en la piscina. Ahora Juan, a lo tonto en su casa, se rompe el meñique de un pie: 2 semanas de baja sin apollar el pie.
Además de los “rotos”, las otitis llegaron como una plaga: 5 jugadores hasta el momento entre cadetes y juveniles. Y como no nos llega, una con problemas de estómago y otro con “principio de neumonía”.
Y por ahora sólo uno con problemas de hombro, la lesión más común de los waterpolistas.
Para este sábado (IV Trofeo Internacional Ciudad de Pontevedra – IV Memorial Pepe “Malecho”) tendremos un equipo absoluto de circunstáncias, pero trataremos de dar buena imagen.
Habrá que tomárselo con resignación y pensar que peor no podemos estar ¿o sí?
Cuando todo pase los éxitos sabrán mejor.
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